domingo, 10 de mayo de 2015

Las voces de Margot



"El infierno está sobre poblado", le habían susurrado unas voces que, desde hace semanas, la asaltaban, partiéndole en dos la noche.

"En algún momento se te extravió la ternura y en su lugar instalaste la eficiencia". 

"Yo no era así", le dijo al doctor, como exigiéndole una pastilla que le quitara la contractura mandibular.  

"Y es que hace varios años, tras jurar fidelidad frente al altar, prometiendo estar allí incluso en salud y hasta que la muerte los separe, se puso al servicio de su familia, impecable, como siempre, Margocita". 

"Todo fue una verdadera trampa. Frente a tu incapacidad de liberarte, ese servicio a los demás mutó en un  sofisticado mecanismo para esclavizarlos a todos, dándole sentido a tu propio encierro, disculpa la crudeza, Margot". 

"Nadie puede descomponerse tanto por un retraso de 5 minutos". "Nadie puede molestarse tanto porque sospecha que alguien le está sacando una foto".




domingo, 3 de mayo de 2015

Mujer de espaldas


Ella decidió partir. Dejó atrás ese paisaje familiar de domingo, al que corría con ansias y el que pronto se hizo espeso, como en otras ocasiones. 

Algún comentario relacionado con el éxito de otros que subrayó su vacío, la hizo tomar la decisión de pararse y dejar la mesa. “Estoy satisfecha”, susurró, a sabiendas de que era una manera elegante de decir: “Estoy harta”. 

Besó a las tías y a las abuelas en la frente, un gesto que reconocía en ellas el mismo dolor que eran capaces de proveerle. Así, con la excusa de un plan que nunca existió, partió, dándoles la espalda. 

domingo, 12 de abril de 2015

El ritual de contextualizar



Ella tenía que pararse en seco y respirar profundo cada vez que lo sentía cerca.  Él la estremecía.

Para ella esta sensación de vulnerabilidad era inédita, nunca antes la había experimentado. Quizás lo que más la descolocaba era saber que él no tenía nada que hacer en lo absoluto para lograr dejarla en el aire -pero no como quien salta o vuela con gracia- más bien como quien se queda -tras una breve ilusión de seguridad- sin piso, cayendo al vacío, de repente. 

Ella no sabía si era adicta a él o a esa vulnerabilidad que él le producía sin esfuerzo alguno.

Ella nunca pudo descifrarlo, y él no tuvo la gentileza de ayudarla en esta tarea.

En definitiva, lo único que habría que agregar es que ella, para quitarse este espanto de encima, le dio por contextualizarlo. Jugaba a mirarlo desde otra perspectiva, cosa que -por ejemplo- un pájaro en vuelo rasante se comiera su cabeza para poder cerrar, definitivamente, este capítulo. 

domingo, 5 de abril de 2015

En tu cuerpo


Las gitanas pasan con sus faldas vaporosas, ofrecen leerte las manos. Dicen que, en esas líneas, está escrito tu destino.

El destino está en mis manos pero yo no puedo leerlo, necesito de una mujer de faldas vaporosas que me diga aquello de lo que soy portadora , aquello que tengo a la mano y no puedo ver.

Puedo ver en tus manos que hay un hombre que te piensa. “Necesito un poco de energía para decir más”.

Entonces, le entregas un billete fingiendo que es un juego.  Eres de las que dice, “uno nunca sabe”, permitiendo que una duda quede flotando en el aire.

La gitana me arrebata el billete, lo escupe, mastica algunas palabras indescifrables. Mete el dinero en el bolsillo de un delantal que cubre su falda. Refugia su pecho con un chal, simula que siente frío, como si una brisa fresca la conmoviera al mirarme.

Con este gesto me retiro, dejándote muda. Observándote. Nuevamente te has descubierto pagando por aquello que llevas contigo.  

domingo, 29 de marzo de 2015

Las almas de los otros



El silencio surge como una posibilidad infinita cuando queremos escuchar el cuerpo. Se presenta ante nosotros como una vía amplia, inevitable, para transitar desde el centro de nuestro cosmos, a cualquier punto de la geografía que puede dibujar nuestra mirada.

En silencio puedo entenderte como se comprende a un animal, y la sola idea me despierta un amor suave y ligero, en el que me sorprendo flotando.

Sólo así  puedo saberte a salvo aunque te hayas metido entre las patas de los caballos. Justo donde las palabras -los dichos populares- advierten el mayor peligro. Allí está tú, corazón abierto, a salvo, porque has sabido leer el cuerpo. 

Porque en silencio escuchas mejor el cuerpo, el que habita tu alma y el que habitan las almas de los otros.

domingo, 22 de marzo de 2015

Del otro lado


Ella salió de mi habitación aprovechando que la soñaba. Tomó su cartera, su bufanda y se fue, buscando sus tempestades. Y huyó, para que no fuera yo el primero en sacarla de mi vida. Ahora, que se viene la noche, te siento como un recuerdo mal herido, como unidos por hilos transparentes, conectados, te pienso en la huida, desafiando el tráfico, lista para cruzar. 

domingo, 15 de marzo de 2015

Fe de vida



Toda su mañana se ocupó con un trámite. En casa quedaron los gatos, la cama deshecha. Sudados y cebados de tanta caricia insegura, entregó los papeles al funcionario.  (Dentro de su cartera era lo único que llevaba, eso y algunas monedas contadas para ir y venir).

“Necesito todo esto notariado”, dijo el funcionario con  la voz preñada de dudas. Ella regresó atenta a la procesión que llevaba por dentro.