"El infierno está sobre poblado", le habían susurrado unas voces que, desde hace semanas, la asaltaban, partiéndole en dos la noche.
"En algún momento se te extravió la ternura y en su lugar instalaste la eficiencia".
"Yo no era así", le dijo al doctor, como exigiéndole una pastilla que le quitara la contractura mandibular.
"Y es que hace varios años, tras jurar fidelidad frente al altar, prometiendo estar allí incluso en salud y hasta que la muerte los separe, se puso al servicio de su familia, impecable, como siempre, Margocita".
"Todo fue una verdadera trampa. Frente a tu incapacidad de liberarte, ese servicio a los demás mutó en un sofisticado mecanismo para esclavizarlos a todos, dándole sentido a tu propio encierro, disculpa la crudeza, Margot".
"Nadie puede descomponerse tanto por un retraso de 5 minutos". "Nadie puede molestarse tanto porque sospecha que alguien le está sacando una foto".